Infraestructura de carga: la clave para el impulso de la movilidad eléctrica 

El creciente aumento de los autos eléctricos pone de manifiesto un gran desafío para el desarrollo de la infraestructura de carga.

Sin dudas, los avances de la tecnología y el creciente impulso por la movilidad eléctrica están logrando una mayor expansión de la red de puntos de carga en todo el mundo; desde estaciones de carga rápida en autopistas y estaciones de servicio, pasando por cargas de conveniencia (supermercados, shoppings, cines, restaurants, etc.), hasta puntos de carga residenciales dado que cada vez hay más opciones disponibles para los propietarios de autos eléctricos. 

Un amplio abanico de opciones 

Hoy, existen diferentes niveles de carga, tipos de conectores (que difieren según el lugar donde se encuentre), distintas potencias (corriente alterna o corriente continua) y una amplia gama de posibilidades según las capacidades de las baterías, tipo de auto y hábitos de conducción. 

Tipos de recarga 

  • Recarga Doméstica 7kW | Se enchufa con el cable provisto, y en aproximadamente 6 ~ 8 horas logra la carga completa. 
  • Recarga Semi-rápida 22kW | Con este tipo de recarga, la batería del vehículo eléctrico necesita de 3 a 5 horas para cargarse por completo. Para este tipo de carga se recomienda el uso de Walbox, cargadores inteligentes de uso doméstico. 
  • Recarga Rápida 50kW/360kW | En la carga rápida y ultra rápida, el vehículo solo necesita aproximadamente entre 15 minutos y media hora para alcanzar el máximo nivel de carga. En este caso, se requiere de una infraestructura e instalación acorde a dicha potencia.  

Hay que tener en cuenta que las distintas opciones de tiempo de carga mencionadas son para una carga completa de la batería y que, en el uso cotidiano, la mayoría de los usuarios no necesitan recargar sus autos al 100% de su capacidad para traslados urbanos. 

El desafío de unificar estándares 

Frente a esta gama de opciones, se plantean grandes desafíos en términos de estandarizar los modelos de recarga en todo el mundo, lo que implica lograr un modelo de interoperabilidad para los autos eléctricos. Ello requiere de protocolos de comunicación abiertos en la infraestructura de recarga, como OCPI (Open Charge Point Interface), para garantizar que los conductores puedan cargar sus vehículos en cualquier punto de carga

Asimismo, cabe mencionar que, al margen de considerar distintas variables sobre la ubicación de los puestos de carga públicos y privados, siempre habrá que tener en cuenta la planificación de la red eléctrica para garantizar la correcta y eficiente demanda. 

En cuanto a los talleres y concesionarias, la reconversión también deberá contemplar la instalación de un punto de carga para verificación de la potencia, control y chequeo entre el auto y el cargador. Lo mismo para las concesionarias donde algunas marcas han instalado cargadores a través de sus alianzas con empresas de infraestructura de carga, lo que representa un gran paso en cuanto a una solución integral para el cliente. 

Algunas marcas, gracias a alianzas estratégicas, ya han instalado cargadores en diferentes concesionarias. Esto significa un gran paso para la industria de los vehículos eléctricos. 

Sin lugar a duda, la tendencia en infraestructura de carga está en la búsqueda de una mayor potencia para reducir los tiempos de carga, y en fomentar más procesos de digitalización, conectividad, uso de Big Data, e integración con IAs. 

Diego Cosentino
Consultor en Movilidad Sostenible / e-mobility

Con más de 20 años de experiencia en el sector automotriz, ha ocupado cargos de mandos medios y gerenciales en empresas y organizaciones internacionales junto a equipos multiculturales. Con responsabilidad en la gestión del área de la movilidad ha liderado la implementación de diversas acciones de comunicación y modelos de negocios a través de los cuales logró concretar alianzas efectivas con diversos actores del sector privado.